Cuando leemos algo de desarrollo personal, pueden pasar dos cosas; que te inspires y actúes con la motivación de mejorar tu vida, o que creas que eso es una tontería, algo creado por y para personas con mayor suerte que tú.

Déjame decirte que ambas respuestas son correctas. Porque si crees que algo no te va a funcionar, simplemente no lo hará. Puedes tener a la pareja de tus sueños, pero si por alguna razón, consideras y tienes la creencia de que no te hará feliz, estarás en lo cierto, ya que en lugar de tener una gran sonrisa cuando veas a esa persona especial, harás una mala cara, sobre todo, tu actitud será cerrada y evitativa. Esto se debe a que no tienes la apertura para recibir esa alegría. Si te da una flor, pensarás que el motivo de esa buena acción es que hizo algo malo. Si te cuenta su día, creerás que no te dice toda la verdad y que oculta ciertas cosas. Si te intenta dar un abrazo, tu cuerpo, por más que lo desee, lo rechazará porque tu mente le comunica de manera inconsciente que algo anda mal. Tu cuerpo quiere ser congruente con tus sentimientos.

Si crees que algo no es para ti, por más que así lo quiera el destino, no lo será. Porque te estás negando a esa posibilidad.

Imagina que vas caminando por la calle, lleno de miedo porque tienes la creencia de que es insegura, de que algo malo puede pasar, de que la gente solamente quiere aprovecharse de ti y están pensando en cómo pueden estafarte. Te percatas de que hay un billete tirado en el suelo, y casualmente, es la misma cantidad que necesitas para pagar una deuda que te ha estado atormentando y que le has pedido al universo la ayuda para poder saldar ese pequeño préstamo que debes. Obviamente ese dinero no salió de la nada, si está allí, significa que lamentablemente alguien lo perdió y lo puede necesitar tanto o más que tú, o puede ser el otro lado, que mientras para ti significa una gran ayuda, para el dueño podría ser como haber perdido un centavo que no le interesa en lo más mínimo recuperar. Sea cual sea la razón, lo correcto sería devolverlo a quien le pertenece. Volteas a tu alrededor y no hay nadie, la calle está totalmente sola. Sólo te encuentras tú, por lo que saber de quién es aquel billete resulta imposible.

Por un instante te invaden cientos de pensamientos, el primero de ellos es el alivio de poder saldar la deuda, otro sobre las cosas que te podrías comprar, y otro, te dice que se ve demasiado bueno para ser verdad, ¿quién perdería un billete de esa denominación? Como tienes la creencia de que las cosas buenas le pasan a todos, menos a ti, crees que se trata de una estafa y sigues tu camino. Evidentemente se pudo haber tratado de un engaño, o tal vez sólo era un volante publicitario en donde en el otro lado del billete son los datos de un negocio. No obstante, también existe la posibilidad de que haya sido un billete real. Es como el gato de schrödinger, todas esas posibilidades existen, pero no hay forma de saber de cuál se trataba hasta que lo hubieras levantado.

Vamos a pensar positivo y creer que era un billete real de una persona que no le dolió perderlo. Sin embargo, debido a tu sistema de creencias, en el que consideras que absolutamente todo se trata de una estafa y que cosas como esas no te pasan a ti. De alguna manera el destino, creas en él o no, quiso ayudarte y tú te negaste de recibir dicho apoyo.

En muchas ocasiones, desafortunadamente, nosotros somos nuestro peor enemigo. Nos privamos de oportunidades por el simple hecho de creer que no son posibles. El creer que algo bueno no es para ti, regularmente es la peor de las desgracias.

Por el otro lado, al aprovechar la oportunidad, pudo haber tenido tanto un resultado positivo como negativo. Efectivamente, pudo haberse tratado de una estafa, en la que alguien se te acerca y te dice que quiere la mitad, pero para no levantar sospechas, te pide que se lo des directo de tu dinero. Lo haces y posteriormente te das cuenta que el billete era falso.

Nadie sabe las repercusiones de una decisión, no por aceptar una oportunidad significa que todo será feliz. Lo que quiero dar a entender, es que cuando se te presenta un libro o un tema de desarrollo personal, regularmente lo hace de tal forma de que si haces tal cosa, tu vida se solucionará mágicamente. Y cuando ves que no es así, te deprimes y piensas que eso no es para ti, que tu vida no mejorará, que lo intentaste y sencillamente no funcionó.

No pienses que porque una vez no se dio el resultado que deseabas, en la siguiente oportunidad va a ser igual. Tú sigue intentando, persevera para que tu vida mejore. Si ves que de una manera no resultó, vuelve a intentarlo, pero ahora de otra forma. Haz todo cuanto esté en tus manos para que aquello que deseas, sí sea para ti.

Mantén una mente permeable, que te permita darle la bienvenida a buenas oportunidades, pero a la vez, negarle el acceso a todo lo malo.

No te culpes si en alguna ocasión se mete a tu vida un lobo disfrazado de oveja, es decir; una estafa que pareciera ser una gran oportunidad. Y de la misma forma, no permitas que al poner una cerca para evitar que pasen los lobos, esto les impida el acceso también a las ovejas.

La única forma de saber si se trata de una estafa o una oportunidad, es abriendo la caja y ver qué hay dentro. Guíate de tu intuición, si hay algo que no te cuadra y no te hace sentido, pasa de largo. Antes de tomar una decisión, tómate un tiempo para poder pensar con claridad, de ser necesario, consúltalo con alguien de tu confianza.

Para finalizar, antes de decir si algo no es para ti, detente un segundo y analiza ¿por qué crees eso?

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