Día 1: Introducción y date el permiso de aprender algo nuevo
Por cada cosa que sabemos, hay cien que ignoramos

“Es imposible que un hombre aprenda lo que cree que ya sabe” –Epicteto
Día 1: Introducción y date el permiso de aprender algo nuevo
Lo más importante es dar el primer paso. No esperes a que sea lunes para comenzar ni al año nuevo para agendar tus doce deseos. La vida sucede ahora, y aquello que tanto anhelas podría estar más cerca de lo que imaginas. ¡No postergues tus sueños; comienza hoy!
Este libro no profundizará en la historia del estoicismo. Aunque su origen en la antigua Grecia y su desarrollo en Roma son fascinantes, nuestro objetivo es práctico: implementar sus enseñanzas en tu vida desde este preciso instante. El estoicismo es mucho más que una filosofía; es una guía para vivir con virtud, serenidad y fortaleza frente a las adversidades.
El principio fundamental del estoicismo es diferenciar entre lo que está en nuestro control y lo que no. Enfocarnos en nuestro poder personal y aceptar con serenidad aquello que no podemos cambiar nos libera de cargas innecesarias. Así, evitamos que las circunstancias externas nos detengan o desvíen de nuestro propósito.
Cada capítulo te ofrecerá una frase estoica breve y poderosa, una explicación concisa y, lo más importante, una acción concreta que podrás realizar. Porque el verdadero cambio no se da sólo al adquirir conocimiento, sino al aplicarlo de manera constante en tu día a día.
Te invito a afrontar este programa con humildad. Evita pensamientos como: “Esto ya lo sé” o “Esto no me sirve”. Incluso si eres experto en estoicismo, psicología o desarrollo personal, siempre hay algo nuevo por aprender. Una pequeña idea desconocida puede generar un cambio significativo en tu vida.
El propósito de este libro, o programa (llámalo como prefieras), no es ocupar horas interminables leyendo. Al contrario, dedicando apenas 15 minutos diarios, puedes transformar tu vida.
La soberbia a menudo nos hace creer que lo sabemos todo, pero esa mentalidad nos limita. Por cada cosa que sabemos, hay cien que ignoramos. Incluso con una vida de 100 años o leer más de mil libros, jamás alcanzaríamos a saberlo todo.
Hagamos un pacto: Durante los próximos 15 días, comprométete a leer o escuchar un capítulo por día y realizar las actividades diarias. Es un acto de autocuidado y bienestar.
Acción del día:
Los estoicos, antes de acostarse, dedicaban un breve momento a reflexionar. Te invito a hacer lo mismo. Esta noche, antes de irte a dormir, Tómate unos minutos y medita con estas tres preguntas:
¿Qué hice bien hoy?
¿Qué hice mal hoy?
¿Qué hubiera hecho diferente?
Enfócate en lo positivo, celebra tus logros por más pequeños que sean. A veces, la mejor victoria es no caer en alguna provocación.
Es importante ser conscientes de aquello en lo que nos equivocamos para evitar cometer el mismo error mañana. Sin embargo, culparnos, juzgarnos o castigarnos, no nos llevará a ningún lado bueno.
Si quieres tener mejores resultados de los que obtuviste hoy, entonces debes de hacer las cosas de otra manera. Tal vez sólo implementar algo adicional.
Podemos pensar que no vale la pena el cuestionar nuestro día, lo hecho está hecho y no se puede cambiar. No obstante, se te puede presentar una situación similar en un futuro, y teniendo este análisis, podrás reaccionar de una mejor manera.
Día 2: Aléjate de lo que odias
La vida no ofrece un camino recto hacia lo que deseas

“No hay viento favorable para el que no sabe dónde va” -Séneca
Día 2: Aléjate de lo que odias
Una de las formas más efectivas de identificar lo que deseas en la vida, es descartar aquello que no quieres. Hace algún tiempo, vi un video que me marcó. En este, un hombre a punto de jubilarse era entrevistado. Cuando le preguntaron si se arrepentía de algo en su carrera, respondió: “Sí, de no darme cuenta antes de cuánto odiaba trabajar en una oficina. Aun así, lo hice durante más de 30 años.”
A menudo, creemos que no hay otras opciones porque no nos permitimos explorar alternativas. En el caso de este hombre, no fue hasta que aceptó un cambio de puesto que llevaba tiempo rechazando, que descubrió que esa era precisamente la actividad que le habría encantado hacer toda su vida.
Es posible que hoy estés haciendo cosas que consideras normales, simplemente porque forman parte de tu rutina diaria. Las repites sin detenerte a pensar si realmente te satisfacen. Pero allá afuera podría haber algo excepcional esperándote.
Explorar no significa abandonar. Esto no quiere decir que debas dejar tu trabajo o tu vida actual al azar. Se trata de abrirte a nuevas experiencias mientras mantienes la estabilidad. Por ejemplo, si trabajas de 9:00 a 18:00, dedica unos quince minutos por la noche, de 20:00 a 20:15, a explorar algo que te intrigue. Si te interesa el arte, toma un lápiz y empieza a dibujar. Si te apasiona la escritura, escribe algunas líneas. Sea lo que sea, date la oportunidad y el tiempo de experimentarlo.
La experiencia es la mejor manera de descubrir si algo es para ti. Y lo mejor es que no siempre necesitas vivirla en primera persona; puedes aprender observando a otros. Por ejemplo, si estás considerando tener hijos, observa cómo viven tus familiares o amigos que ya son padres. Pregúntate si te ves en sus zapatos. Obviamente no vas a tener un hijo y luego decir que ser padre no es lo que querías. Nos gusten o no los resultados, ante todo hay que ser responsables de nuestras acciones.
La vida no ofrece un camino recto hacia lo que deseas. Descubrir lo que te gusta y lo que no es parte del viaje. Pero hay algo seguro: si te quedas inmóvil, no llegarás a ninguna parte.
Quita las piedras que están impidiendo que tu río fluya con armonía. Mira tu alrededor, ¿qué cosas te gustan tanto como para mantenerlas en tu vida, y cuáles no son de tu agrado?
Acción del día: Deja de darle tu atención a lo malo
Toma unos quince minutos para hacer una lista de lo que no te gusta y deseas cambiar:
Identifica las cosas que no disfrutas y reflexiona sobre cómo puedes eliminarlas de tu vida. No necesitas hacerlo de golpe. Por ejemplo, si tu trabajo no te satisface, dedica 15 minutos al día a buscar otras opciones, actualizar tu currículum y postularte. Si es para ti, será. Y si no, sigues teniendo ingresos y estabilidad, pero no pares de buscar hasta encontrar.
Adicional, haz otra lista sobre lo que te gusta y deseas mantener:
Enumera las cosas que disfrutas y que te gustaría florecieran. No te conformes con mantenerlas; encuentra formas de fortalecerlas. Por ejemplo, si tienes pareja, piensa en pequeños gestos que puedan alegrar su día. Dedica 15 minutos a planear una sorpresa sencilla, como escribir una nota cariñosa o preparar su postre favorito. ¿Cuántas cosas dejamos de hacer porque creemos que debe de ser algo extraordinario? La felicidad suele estar en los pequeños detalles que ofrecemos con amor.
Día 3: Cuida tu energía
Creemos que poder elegir cómo reaccionar ante algo es imposible porque nadie nos lo ha enseñado

“La felicidad de tu vida depende de la calidad de tus pensamientos” -Marco Aurelio
Día 3: Cuida tu energía
En una boda, todos los invitados disfrutaban bailando y pasándola increíble, con sonrisas en cada rostro. De repente, un mesero que llevaba el pastel tropezó, tirándolo por completo. Las reacciones de los presentes fueron muy diversas:
Una persona cercana se apresuró a ayudar al mesero a levantarse, otro, desde lejos, lo insultó por su torpeza. El padrino de arras se rio a carcajadas. La madre de la novia rompió en llanto al ver el desastre. Los primos del novio buscaron al capitán de meseros para ver la opción de conseguir un reemplazo. La madrina de anillos sacó su celular para grabar la tragedia. Sin embargo, en menos de cinco minutos, otro mesero apareció con un carrito y un segundo pastel. Resultó que todo había sido una broma; el primer pastel era de cartón, y no había daño alguno.
La situación, a pesar de ser la misma para todos, provocó reacciones completamente distintas en cada persona. Mientras unos lloraban, otros reían. Esto nos enseña una lección poderosa: no es lo que te sucede, sino cómo decides reaccionar ante ello.
Claro que reaccionar de manera controlada y funcional no siempre es sencillo. En momentos de calma, podemos decidir con claridad, pero en situaciones de estrés o conflicto, la elección se vuelve más compleja. No obstante, Epicteto nos recuerda: “Podrás amenazarme, encadenarme, encerrarme o exiliarme. Pero ni Zeus podría quitarme el poder de decidir mi actitud.”
Tú tienes el poder de elegir cómo actuar. Puedes dejarte llevar por las circunstancias externas o mantenerte firme, fiel a tu esencia y valores.
Creemos que poder elegir cómo reaccionar ante algo es imposible porque nadie nos lo ha enseñado.
Te comparto algunas claves para mejorar tus reacciones:
- Detente y respira profundamente. La respiración es una herramienta poderosa para regular nuestras emociones. Cuando enfrentes una situación inesperada, detente y toma una profunda inhalación. Esto te permitirá ganar consciencia, analizar qué está ocurriendo y evaluar las posibles soluciones antes de actuar.
- Prepárate mentalmente para lo inesperado. Acepta que, sin importar cuán bien planeadas estén las cosas, algo puede salir mal. Estar consciente de esta posibilidad reduce el impacto emocional y te da mayor control cuando llegue el momento de actuar.
- Enfoca tu energía en lo positivo. El enfoque potencia el resultado. Si te concentras en lo negativo, atraerás más emociones y resultados de esta índole. En cambio, un enfoque positivo genera armonía y mejores soluciones. Por ejemplo, si tu pareja llega a casa y en lugar de saludarte con afecto, te grita, es probable que tú también respondas con enojo, arruinando la velada. Pero si mantienes la calma y respondes con paciencia, puedes transformar la energía del momento, pudiendo convertir un momento de tensión a uno de pasión.
La queja genera malestar; la gratitud, felicidad. Puedes enfocarte en lo que te falta y sentir frustración, o sonreír por lo que tienes y sentir paz. Esto no significa conformarse, sino ser feliz con lo que tienes mientras avanzas hacia lo que deseas. La mejor llave para abrir una puerta, es una sonrisa.
La clave para cambiar tu mentalidad es ser consciente de cómo tus pensamientos te acercan o alejan de tus metas. Una vez que entiendes esto, cambiar se vuelve casi automático porque tu enfoque ya es otro. Al cambiar tus pensamientos es como girar el timón de un barco: cambias el rumbo y, con el tiempo, llegarás a un destino totalmente distinto.
Si la mentalidad que tienes ahora te lleva a donde quieres estar, no necesitas cambiarla. Pero si no es así, hoy es el momento perfecto para ajustar tu rumbo y dirigir tu energía hacia una vida más plena y feliz.
Acción del día: Controla tu pensar
Programa tres alarmas en horarios aleatorios durante el día. Cuando suene, detente por un minuto y pregúntate:
- ¿Qué energía estoy expresando en este momento?
- ¿Cómo me hacen sentir mis pensamientos actuales?
- ¿Me están acercando a la vida que deseo vivir?
- El pensamiento actual, ¿me está generando algún beneficio?