Descripción
Incluye:
- Cuadro decorativo de 30cm x 37cm
- Envíos únicamente dentro de México.
Tres preguntas para cambiar tu vida
Los filósofos estoicos, dentro de toda su sabiduría, practicaban un ejercicio que les resultaba verdaderamente enriquecedor. Lo mejor de todo, es que sigue funcionando al día de hoy y sólo te tomará cinco minutos de tu día. Se basa en hacernos tres sencillas preguntas:
¿Qué hice bien hoy?
¿Qué hice mal?
¿Qué hubiera hecho diferente?
Antes de irnos a la cama, o incluso justo allí, mientras cerramos los ojos, podemos cuestionarnos estos tres temas.
Este ejercicio puede parecer muy simple, y es que realmente lo es, porque no es la pregunta lo que en sí te ayudará, sino la respuesta que invita a reflexionar.
En todos los días, sin excepción, hacemos cosas buenas y malas, tenemos aciertos y errores. La primera pregunta; ¿qué hice bien? Nos invita a justamente enfocarnos en las cosas buenas, a reconocer algún triunfo del día por más mínimo que este pueda ser y eso nos ayuda a que podamos dormir con una sonrisa.
La segunda pregunta; ¿qué hice mal? Nos recuerda que somos humanos, que nos equivocamos, y que eso está bien. Es un aviso de que no somos perfectos, una invitación a la humildad. A reconocer que algo hicimos mal y que podemos solucionarlo, incluso a pedir perdón de ser necesario.
La última pregunta, nos abre la mente a nuevas oportunidades, ya que, al reflexionar sobre alguna alternativa, en automático se abren otros caminos sobre los cuales podríamos llegar a nuestra meta. Hay cientos de maneras en las que podemos alcanzar nuestro deseo, y tal vez, la que estemos realizando no sea la más efectiva, el cuestionarnos sobre las diferentes opciones que existen, nos permite ser conscientes y analizar si es conveniente alinear la ruta.
Ahora viene la parte interesante, para que estas preguntas verdaderamente cambien tu vida, es necesario hacértelas todos los días, Si te las haces una vez cada mes, no habrá algún cambio exponencial, porque 29 días estarás haciendo tu rutina normal, repitiendo mis mismos aciertos y al par los mismos errores. Cómo el volante de un auto, en el que sólo giras un grado un segundo y después regresa a la misma posición, para llegar al mismo destino. Si verdaderamente deseas cambar el destino, debes de girar el volante no un segundo, sino todo el tiempo que sea necesario.
Mayormente somos seres visuales, nos llama la atención todo lo que vemos, y podemos aprovechar esto a nuestro favor. Por eso es que este cuadro te ayudará mucho a ser consciente de realizar esta increíble práctica estoica. Porque seamos honestos, después de leer esto, practicarás el ejercicio… ¿una semana? ¿Un par de días? Estamos tan absortos en nuestra rutina, que, si ponemos una alarma, o un recordatorio visual de que debemos realizar este ejercicio, tarde o temprano, lo dejaremos atrás y nuestra vida seguirá siendo la misma. Y no es que nuestra vida sea mala, pero puede ser mucho mejor, siempre se puede mejorar.
El tener este cuadro en tu cuarto, te brindará el recordatorio visual de que es importante realizarte estas tres preguntas una vez al día, y lo mejor de todo, como dijimos al inicio, sólo te tomará cinco minutos, pero cambiará por completo tu destino.






